Pero ¿Dónde nace la violencia? una frase de Laura Gutman me llevó a cuestionar esa mirada y mi actuar: “Desde el punto de vista del bebé, toda experiencia sin suficiente apoyo y sostén es violenta. Porque actúa en detrimento de las necesidades básicas”. Esta afirmación nos habla de la sutileza de la cotidianeidad. En esos momentos de agobio, cansancio, incomprensión y soledad, donde muchas veces no somos capaces de responder a las necesidades de nuestro bebé. Es en esos contextos donde comienza el círculo de la violencia, cuando poco a poco comenzamos a internalizar acciones y normalizamos situaciones violentas hacia nuestros hijos o hacia nosotros mismos. Y es así como esta semillita se expande a todos los ámbitos de nuestra vida y a nuestra sociedad.
Nuestro país en los últimos años ha sido testigo de crímenes a niños menores de dos años por parte de sus propios cuidadores, hechos dolorosos que nos muestra una cruda violencia física y sexual a la que están expuestos algunos niños. Es por ello que la Red Chilena de Crianza Respetuosa no puede ser indiferente a lo qué es la violencia y cómo podemos abordarlo como un tema de país para proteger la infancia de nuestros niños. Los datos son reveladores: el 73,6% de los niños afirma haber recibido algún tipo de violencia, donde el 26% se ha expuesto a violencia física grave (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF) Y nos preguntamos ¿Cuándo hay maltrato? Generalmente lo materializamos en el golpe o cuando existe una violencia sexual, ambos casos como expresión máxima de la violencia. Pero esto se hila más fino, presentándose cuando ridiculizamos, amenazamos, intimidamos, rechazamos, discriminamos e incluso cuando metemos la cuchara fuerte en su pequeña boca. Somos violentos y maltratamos cuando hay descuido, abandono o negligencia en el desarrollo del niño, sin respetar sus tiempos y sus procesos evolutivos, más aún en casos extremos, cuando les negamos salud, educación, buena nutrición y no propiciamos condiciones seguras para su crecimiento.
Nuestro país, mediante la Ley 21.013 tipifica el delito de maltrato de menores sancionando conductas de violencia físicas que produzcan o no lesiones o generen menoscabo a la dignidad humana, las cuales se penalizan con presidio menor a quienes tengan un deber especial de cuidado o protección respecto a la víctima. Si tenemos dudas ante una persona que cuidará a nuestro hijo, podemos consultar en el Registro de Inhabilitación para trabajar con menores de edad presentado por el Registro Civil e Identificación.
¿Qué puedo hacer si soy violento? Buscar ayuda y sanar a nuestro niño interno. Detrás de cada acto violeto, mala palabra, etiqueta negativa o maltrato se encuentra nuestra infancia desprotegida y ese niño enojado o abandonado que sigue presente en cada uno de nosotros. La maternidad o paternidad es una invitación para tomar nuestro niño olvidado para cobijarlo y ser escuchado, de esta forma podemos vincularnos desde el amor y sentir realmente que estamos disponible para nuestros hijos.
Tomando conciencia de nuestra niñez podemos cambiar nuestra historia y entregar lo mejor a nuestros hijos, cortar con los círculos de violencia y entregar nuestro granito de arena para nuevos tiempos de paz y fraternidad.